martes, 14 de junio de 2011

15-M y Spanish Revolution: No quieren un cambio de collar, sino un perro nuevo


Poco o nada queda ya por decir y opinar acerca del movimiento 15-M, también llamado en el resto del mundo 'Spanish Revolution'. Por este motivo, yo no voy a añadir una opinión más que se sume a muchas otras, sino algo diferente.


Creo que, después de que desde élites políticas y mediáticas se haya criticado duramente este movimiento y se eche por tierra continuamente sus premisas (que, dicho sea de paso, a mí también me parecen demasiado generales y poco realistas como para llegar al debate que podría hacerlas realidad), conviene hacer un poco de memoria que sin duda recaerá con escozor sobre algunos y algunas personas públicas de distinto signo político.
Y mi pregunta es la siguiente: ¿dónde está la mano o el empujón de aquellos que un día reclamaron la indignación de la juventud y dijeron que solo ésta cambiaría las cosas? ¿Dónde ha quedado esa inquietud por rebelarse contra el sistema de una democracia que muchas veces no se ha asentado en valores como la honestidad, el respeto y el compromiso de los gobernantes de turno?
La ironía, de nuevo, se ha instalado en este país por una razón muy sencilla: mientras un grupo organizado (no voy a valorar si sus métodos son los adecuados o no, no es ese mi papel ni mi interés, sino solamente el hecho de que se haya tomado la iniciativa) ha dado un paso al frente y ha reclamado un cambio en la clase política (no un cambio de gobierno, que quede claro), muchos de los representantes políticos patrios se han dedicado, una vez más, a atribuir la indignación de la Puerta del Sol al partido contrario, es decir, han seguido haciendo aquello que se critica desde el movimiento 15-M.
Una de las protestas rezaba: "No queremos un cambio de collar, sino un perro nuevo". Efectivamente, poco o nada queda por decir.




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