Como un vaso que se estrella contra el suelo y se rompe en mil pedazos. Así describe su sentimiento de pena Silvia (Michelle Jenner) en la última película del realizador navarro Montxo Armendáriz.
En No tengas miedo, el director propone paradójicamente un viaje hacia la enfermedad de la mente apuntando claramente en tres direcciones pero desarrollando especialmente la primera de las que siguen: la enfermedad que poco a poco va carcomiendo por dentro a la persona que sufre los abusos, la del que los efectúa y aquella que permite a una madre hacer la vista gorda ante semejante espectáculo.
No obstante, creo que la lectura a que apunta esa primera cita que seleccioné es a una de calado propiamente identitario. En el caso de Silvia, se trata de una identidad arrebatada en pro de otra impuesta que, además, tiene la particularidad de ingertarse lentamente en el corazón y el alma de la joven.
No me gusta recomendar películas, sencillamente porque cada persona tiene sus preferencias, pero sí creo que merece la pena elogiar el trabajo de Armendáriz y su equipo por mostrar, sin tabúes y con un gran sentido del gusto estético, una realidad social transversal en el tiempo que impedirá, afortunadamente, que la denuncia de estas prácticas desaparezca.
Porque no es un fenómeno ni aislado ni coyuntural y porque la autoridad en cualquiera de sus formas muchas veces lo ha ejercido y/o permitido, digamos ¡basta ya! a esta desgraciada situación que sufren en el mundo cientos de personas.
Ahora sí, ¡NO TENGAS MIEDO a denunciar a quien abusa!
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